Exacta medianoche,
momento agudo:
te reconozco cuantitativa e ilustre
mientras entretejo quietamente los despojos
del inhóspito día que cargo sobre mi cabeza.
Ahí estás inexistente
presencia:
sólo una ilusión
de mi triste mente condicionada al número
pero tu momento derrama tinta solitaria
en la ambigüedad del escribiente.
24-02-11
Esa fragancia del fulgor solar
en las herbosas superficies de los montes,
esas fragancias verdosas
de la vieja y callada piedra,
¡Qué de estímulos despiertan!
¡Qué de súbitos vapores desprende
en mi trémula voz imitativa
el olfateo de la lengua muerta de la tierra;
de la sabia soledad inacabable
del tiempo y la materia verde y viva!
24-02-11
miércoles, 27 de abril de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
He ahí unos cuantos versos hechos a causa de algo que nunca... Ese día me salieron ambos. ¿Cuál está mejor y por qué? Yo digo que el segundo...
ResponderEliminarLo mismo digo.
ResponderEliminarCon todo y que ambos ensayos comparten cualidades desde su concepción, el primero se me antojaría tanto más abstracto en parangón al segundo, que es, a mi entender, netamente concreto.
Sí, el primero "suena" bien. Y logra dar a entender las sensaciones, las reiteradas angustias.
El segundo es una pintura lírica, un cuadro concreto bien iluminado. Un acierto que yo encuentro en éste, es dejar un fresco de perplejidad ante una honda contemplación. Eso es... La pintura plasma, antes que los sujetos líricos, la perplejidad.
Me quedo con el segundo.
Mejores versos:
I:
sólo una ilusión
de mi triste mente condicionada al número
pero tu momento derrama tinta solitaria
en la ambigüedad del escribiente.
II:
Esa fragancia del fulgor solar
en las herbosas superficies de los montes,
esas fragancias verdosas
de la vieja y callada piedra,
¡Qué de estímulos despiertan!
Jeje.. pensé que me ibas ibas a felicitar por este verso:
ResponderEliminarel olfateo de la lengua muerta de la tierra...
Creo que es lo más rescatable de todo.