domingo, 20 de marzo de 2011

Morrison Hotel (1970)



¡De pie! Estamos ante la mejor audición del 2010 en mi Ier recuento anual de álbumes audicionados. Un disco al que no di tregua, que tardé muchísimo en agotar, que marcó un antes y un después en mi experiencia musical. Un hito indiscutible, y por lo demás, podríamos hablar del resurgimiento titánico de los Doors ante lo que para muchos fue un letargo. Como sea, lo importante es que este álbum va a estar a la altura, no aburre, es variadito, dinámico, explosivo, lúgubre, sustancial... 

Roadhouse blues

El puro título pone a temblar, ¿no es cierto?

Ya en el álbum anterior se reanudaron los cierres titánicos, en éste se van a reanudar los arranques poderosos y apabullantes: Break on through, Strange days, Hello I love you (interrumpidos por Tell all the people) y ahora este pedazo de melodía.

La anécdota con la rola es que hace unos años (serán 8 o menos) intenté abordar a los Doors, cosa absurda, pues escuchaba bandas poco fundamentales, y aunque realmente sentí que era una música totalmente extemporánea y por lo demás muy difícil de apreciar, ésta (Roadhouse blues) fue la que descolló automáticamente y por años me quedé con esta única evocación de los Doors.

Pues bien, desde los primeros 4 segundos de la rola, uno sabe que lo que está a punto de desatarse es verdaderamente descomunal, y no es para menos, esa intro de Krieger que va a hacerse acompañar por una afinadísima y estremecedora armónica, es de auténticos desatados; de hecho, ese romance entre guitarra y armónica, hará aún más descabellada la canción, y qué decimos de los teclados, esta vez haciendo las veces de piano, de Manzarek ya hasta es inútil comentar, él es "El Tecladista".  Morrison va a alcanzar una gravedad con cierta exquisitez en su voz, nótese cómo respecto del Soft Parade, hay una variación sumamente perceptible en él.

En fin, todos, absolutamente todos los pasajes del intro son de campeonato, ¡ah! pero desde el 1:35 se va a acabar el mundo... Uno de los éxtasis musicales más sublimes de toda la excelsa trayectoria Doors. No sé si deba incluso comentarlo, siento que todo es palabrerío vano cuando se intenta dar razón de ese pasaje en específico.

Un momento especial para mí es cuando Morrison grita: "Save our city!", pero vaya toda la pieza es una miel.

La rola es una garantía, nadie la resiste, nadie, y ya lo comprobé.

Waiting for the sun

Tras el torbellino que queda atrás, vendrá esta rola menos apabullante, pero con mucha dignidad.

"Waiting for the sun...
Waiting for the sun..."

El coro es automático, de hecho, constituirá más del 50% del agrado total que le profeso a la canción.

Aquí empieza el efecto zumbón de guitarra y teclados, que va a ser una cualidad de todo el Morrison Hotel.

Mi parte favorita comienza al 2:48 y se va a extender hasta el final. Buena rola, no tan excelsa como la que le antecede, pero buena en serio.

You make me real

Cuando funjo como enamorado raso y trivial, esta rola es uno de mis himnos. Movidona, divertida, lo mejor viene al 1:52, ¿a poco no? Un pasaje para brincar, bailar, agitar la cabeza y finalmente desgañitarse: "you make me freeeeee!", con todo, esta rola va a ser de las menos buenas del álbum.

Peace frog

Esta no llega a Roadhouse blues, claro, pero ya está por encima de las dos que le anteceden. Todo el riff es una garantía, hablo de la guitarra (a lo Smells like teen spirit) y después del teclado.
  
Al 1:16 se desata un vendaval, ese solo, ¡Santo Deus! que desemboca en esta bella recitación:

"Indians scattered on dawn's highway
Bleeding ghosts crowd the young child's fragile
Egg-shell mind"

A lo mejor Peace frog sea una rola de trámite para la mayoría, para mí no lo es, y la nota lo dice todo.

Blue sunday

¡Ahhhh! Esta me quiebra la voz cuando la entono. La tengo más apropiada que You make me real. La letra es lo mejor, a pesar de lo simple (excesivamente simple si se quiere), pero qué diablos, inspira.

Pero bueno, los teclados estarán sublimes, toda la estructura que crea Manzarek es para resaltar, sobre todo al inicio. Ahora bien, Krieger se luce también y la más clara muestra es lo que ocurre desde el 1:22. 

Ship of fools

Otra de mis "consen". Razón concreta: atención a lo ocurrido en 1:05 y hasta el final de la rola. Todo: solo, arreglos, vocalización, todo. No gasto más renglones, atiéndase la nota y con eso.

Land ho!

¡Ufff! Hasta aquí ya se entederá por qué es Morrison Hotel mi álbum consentido. El riff-intro es avasallador, como de jineteada, y luego los teclados que endulzan los oídos, Morrison hará el resto; pero esos arreglitos del 0:29, 0:38 y 0:44, ¡por Siddhartha!

Best part: 1:39... "Land oh!" (2:19) y de ahí hasta que acabe.

¿Qué tal Krieger en todo el ending?, ¡se vuelve loco!

The spy

Esta sí es el negro en el arroz, lo admito. No podía ser perfecto el Morrison, sería como el Back door man del The Doors. Pero bueno, también tiene lo suyo, la letra por ejemplo. Lo musical se me antoja un tanto estandarizado, como si estuviesen ejecutando la estructura de un cover. Creo que es todo lo que se me ocurre comentar de esta rola.

Queen of the highway

Esta va a mejorar, claro, pero se emparejaría a You make me real, medianita. Me quedo con el solo de teclados (1:25) La letra merece atención, aunque tampoco es lo mejor de Morrison en este álbum. El ending es algo a resaltar.

Indian summer

Si, como propuse, Take it as it comes es la hermana menor de Light my fire, Indian summer sería la hermana menor de The end, ni más ni menos.

En esta rola voy a amar a Krieger por toda la estructura que aporta, pero Morrison, ¡ahora sí como Dios! La letra la pueden juzgar como lo más corto que se le pudo ocurrir a Jim, pero yo siento que tras esa simpleza hay un flujo de sublimidad ingente, muy enfrascado en el mundo morrisoniano, y si no, que alguien me haga una exégesis del puro título.

Pero bueno, yo insisto: la ejecución vocal de Morrison será para mí verdaderamente de lo mejor, no del album, de toda la discografía. "that I meet in the summer, indian summer..."
Al 1:23 la rola tocará el cenit, Krieger otra vez; pero todo desde el intro es un clímax, una experiencia mística, un rito, un salmo profano.

Yo no sé qué vean los demás en esta pieza, yo la encuentro sustanciosa a más no poder.

Ah! y para dar un poco más de respaldo a la comparación que hago entre Indian summer y The end, téngase en cuenta que la primera iba ser parte del The Doors, la tendencia es inequívoca.

Maggie M'Gill

Y para cerrar con broche de oro: una cátedra del maestro Krieger, quien va a consagrarse aquí como uno de mis guitarristas favoritos.

Maggie M'Gill es una barredora, los riffs que Robbie va sobreponiendo uno sobre otro son apabullantes en serio. Para intimidar las huestes de Jerjes, de César y de Alejandro.

Creo que está por demás señalar cómo Maggie M'Gill será otra de las consen. Y es que no paran las guitarras, ¿cuántas intervienen? ¿300? Esta rola representa en mí, una cumbre creativa y de estilo por cuenta de Robbie. Sería como mi Achilles' last stand de los Doors. Un cierre inmejorable, talvez muchos hubiesen preferido un The end, un When the music's over o un Soft parade, pero para eso tendrán el L.A. Woman. En este álbum, Maggie, aún difiriendo demasiado en naturaleza, será un cierre ideal. Si los riffs de esta canción anidan en la mente, ya está, Maggie será bien apreciada. 


Y ya quedó, mi álbum preferido; y si Jerry Hopkins es leal, también el de Jim Morrison; mera coincidencia, leí Lo esencial de Jim Morrison cuando ya pregonaba mi predilección por el Morrison Hotel.

Muy regular, con apenas un declive y dos medias en todo el álbum, con mucha explosividad pero bastante arte musical de por medio, un concepto artístico muy atractivo, un repunte musical notable y un nosequé que te hace amarlo y querer colocarlo en una vitrina o lucirlo en una playera.

Larga vida al Morrison Hotel.

Recuento de noche.

Carcomo los minutos con desgano
y un continuo resonar me puebla siempre,
un continuo repetir de hambrientos ayes
que muelen mi razón desesperada.
Me miro y me re-miro sin ganancia,
mirando un porvenir que no es nada,
dejando en pos de mí un rastro ausente.

¿Vida? ¿Qué es la vida? ¿Qué es mi vida?
Un alto hacinar materia extinta,
un ciego caminar a tientas yendo,
un tránsito patético de espejos,
un vano perseguir quimeras muertas,
un sucio sumergirse en los instintos,
un grito no escuchado, pues no dicho.

Mi cuerpo rueda siempre entre pedruscos,
mis manos se declaran siempre ausentes,
mis ojos se demuelen ante el yugo,
mi alma se arrebuja en la tormenta…

*
Pero todo se detiene en un instante.
En un instante se despeña y desmorona
y caemos inconscientes con el flujo
entreviendo la extraviada unidad.

(¿Qué es ella sino el punto desterrado,
perdido entre la nada que ella es,
y que espera silenciosa a que seamos
con su nada nada en compañía?)

¿Cómo se acaricia, cómo se vislumbra?
Dígame la nota y el color y la armonía,
dígame el vino o el humo o el silencio,
¡o la rabia que es el pan de cada día!

-No es nada, es como nosotros:
un rebuzno no escuchado y extraviado
en la pura oscuridad de la existencia.

*
Y un delirio es un caótico peldaño
que se monta cada noche y sobrevuela,
para al fin desorbitarse y despertar
al principio cenagoso que es la vida.

He querido remontarme a la altitud
que he sentido en momentos desangrantes;
reanudar el tempestuoso sobrevuelo
y amasar con mis palabras mis visiones.

He querido, lo he intentado, he caído
como polvo en cadencioso descender.
Cada noche me desgajo y aquí sigo
conformando mi espejo prenatal.

*
¿Cómo levantar en vilo las palabras
hasta el corazón mismo de la nada?
¿Cómo entrelazar con el tiempo el lenguaje
y dejarlo acompañar su lento cauce?
¿Cómo despojarlo de conciencia?
¿Invocación o exorcismo?

¿Cómo atar la voz al rito redentor?