lunes, 12 de diciembre de 2011

Meditación.

Como todos, bogo en el centro del riachuelo; pero yo sí lo sé. A mi derecha, el fragor de la grey y sus azotes que no me doblegan; a mi izquierda, la tertulia inebriante de los bardos, la dialéctica escabrosa que me revela cauces ignotos, la fascinante crónica de los artífices del mundo.

Sí, me congratulo a pesar de la lucidez que desespera, a pesar de la verdad que no se alcanza. Soy potencia, pues nadie es acto, y casi todos son nada.

Doy gracias. Lo que hay de bello en este mundo, agradezcámoslo al demiurgo y a los genios. Al resto, perdonémosle el pecado de la vida insulsa.

Y nosotros, mientras la muerte, el Arte: "el tiempo es corto".

13-12-11.