domingo, 26 de junio de 2011

El hombre mediocre (José Ingenieros)

INTRODUCCIÓN: LA MORAL DE LOS IDEALISTAS.
II. DE UN IDEALISMO FUNDADO EN LA EXPERIENCIA.

“…idealismo moral, independiente de dogmas religiosos y apriorismos metafísicos: los ideales de perfección, fundados en la experiencia social y evolutivos como ella misma, constituirán la íntima trabazón de una doctrina de la perfectibilidad indefinida, propicia a todas las posibilidades de perfeccionamiento humano.”

“Un ideal no es una fórmula muerta, sino una hipótesis perfectible.”

“Los ideales son formaciones naturales.”

“Así la filosofía del porvenir, en vez de negarlos, permitirá afirmar su realidad como aspectos legítimos de la función de pensar…”

“Los ideales pueden no ser verdaderos; son creencias.”

“El concepto de lo mejor es el resultado de la evolución misma.”

“Son siempre individuales. Un ideal colectivo es la coincidencia de muchos individuos en un mismo afán de perfección.”

“Todo ideal es una fe en la posibilidad misma de perfección.”

“No es un fin, sino un camino. Es relativo siempre, como toda creencia.”

“Reducir el idealismo a un dogma de escuela metafísica equivale a castrarlo…”

“Ideólogos no puede ser sinónimo de idealistas…”

“El anhelo y la posibilidad de perfección no es patrimonio de ningún credo.”

“La experiencia, sólo ella, decide sobre la legitimidad de los ideales…”

“Lo único malo es carecer de ideales y esclavizarse a las contingencias de la vida práctica inmediata…”

“Al idealismo dogmático que los antiguos metafísicos pusieron en las ‘ideas’ absolutas y apriorísticas, oponemos un idealismo experimental que se refiere a los ´ideales´ de perfección incesantemente renovados, plásticos, evolutivos, como la vida misma.”

*
Ahí está más que definido. Parece contradicción: idealismo experimental. Pero ya lo diferencia fácilmente: no es lo mismo “idea” que “ideal”. No habla del idealismo de Platón o Hegel, sino de su idealismo práctico, positivista (como lo apunta bien el prologuista). No es lo mismo, en fin, como él mismo lo dice, un ideólogo que un idealista.

Dinamismo, sucesión, perfeccionamiento perpetuo basado en la experiencia; nada a priori, no hablamos de metafísica; cientificidad, positivismo…

Hasta aquí vamos muy bien.

III. LOS TEMPERAMENTOS IDEALISTAS.

“Siempre habrá, por fuerza, idealistas y mediocres.”

“La unidad de género no depende del contenido intrínseco de sus ideales sino de su temperamento: se es idealista persiguiendo las quimeras más contradictorias, siempre que ellas impliquen un sincero afán de perfeccionamiento.”

“Todo porvenir ha sido una creación de los hombres capaces de presentirlo, concretándolo en infinita sucesión de ideales.”

“Los idealistas suelen ser esquivos o rebeldes a los dogmatismos sociales que los oprimen”.
“Todo idealismo es exagerado, necesita serlo”.

“Lo que al principio enciende su pasión, debe cristalizarse después en suprema dignidad: ésa es la lógica de su temperamento.”

IV. EL IDEALISMO ROMÁNTICO.

“Los idealistas románticos son exagerados porque son insaciables. Sueñan lo más para realizar lo menos (…) Todos los románticos parecen preguntarse, con el poeta: “¿Por qué no es infinito el poder humano, como el deseo?”(…) Son dionisíacos (…) Son ingenuos y sensibles, fáciles de conmoverse (…) Su ideal cristaliza en firmezas inequívocas cuando la realidad los hiere con más saña.”

V. EL IDEALISMO ESTOICO.

“Las rebeldías románticas son embotadas por la experiencia: ella enfrena muchas impetuosidades falaces y da a los ideales más sólida firmeza. Las lecciones de la realidad no matan al idealista: lo educan (…) su idealismo tórnase experimental.”

“Pocos soñadores encuentran tal clima y tal ocasión que les encumbren a la genialidad (…) al sentir la coerción exterior no se abajan ni contaminan: se apartan, se refugian en sí mismos…”

“El idealista estoico mantiénese hostil a su medio, lo mismo que el romántico.”

“El digno elige la elevada, la de Zenón o la de Epicuro; el mediocre opta siempre por la inferior y se encuentra siempre con Aristipo”.

“En vez del placer basto tendríase el deleite refinado, que prevé, coordina, prepara, goza antes e infinitamente más, pues la inteligencia gusta de centuplicar los goces futuros con sabias alquimias de preparación.”

(¿Qué dijo? ¿Pedas temáticas?)

CAPÍTULO I. EL HOMBRE MEDIOCRE.
EL HOMBRE MEDIOCRE.
I. ¿”AUREA MEDIOCRITAS”?

“Para concebir una perfección se requiere cierto nivel ético y es indispensable alguna educación intelectual. Sin ellos pueden tenerse fanatismos y supersticiones; ideales, jamás.”

“Los animales de una misma especie difieren menos entre sí que unos hombres de otros (Plutarco)”

“Hay más distancia entre tal y tal hombre, que entre tal hombre y tal bestia: es decir, que el más excelente animal está más próximo del hombre menos inteligente, que este último de otro hombre grande y excelente (Montaigne).”

II. LOS HOMBRES SIN PERSONALIDAD.

“Juntad mil genios en un Concilio, y tendrás el alma de un mediocre.”

“Vivir es aprender, para ignorar menos; es amar, para vincularnos a una parte mayor de la humanidad; es admirar, para compartir las excelencias de la naturaleza y de los hombres; es un esfuerzo por mejorarse, un incesante afán de elevación hacia ideales indefinidos.”

“El hombre que nos rodea a millares, el que prospera y se reproduce en el silencio y en la tiniebla, es el mediocre.”

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