miércoles, 11 de marzo de 2015

Birdman (o La inesperada virtud de la ignorancia).

Aun sin saber nada de cine, hasta donde alcanza mi percepción, me quedé boquiabierto con el genio de Iñárritu. Tuvo la idea, la escribió, la dirigió, y la convirtió en una obra aclamada por todos los especialistas. A esto agreguémosle que tuvo la colaboración de otro mexicano que también ganó el Óscar, por segundo año consecutivo, a mejor fotografía (que ya empiezo a entender de qué se trata).

Solo voy a parafrasear lo que ya escuché: en esta película Iñárritu se propuso explorar el asunto del Ego, en su general acepción. No solo el ego del actor aisladamente, sino el de los actores que son también personas con una vida "normal", el del crítico que desde su cómodo asiento hace uso del poder y el del actor viejo y decadente que quiere trascender su antiguo status de actor célebre de una película taquillera y demostrar a la gente y a los expertos que puede hacer algo mejor, algo digno de un genio. Vemos al actor estrella que es un pedante en lo que a arte se refiere pero que en la vida real es disfuncional, y nos hace pensar en nosotros mismos o en algunos ejemplos similares; vemos a la actriz con el ego dañado que anhela lograr algo y siente ser menos de lo que es; vemos esa barbarie que significa las relaciones sociales, laborales y afectivas, todas mezcladas en un reducido espacio; a la hija con un padre ausente y exitoso que se siente borrada del mundo a la sombra (a la espalda) de él; vemos, como ya se mencionó, el ego dañado de la celebridad de la actuación que quiere trascender el plano de la popularidad y el sensacionalismo para crear algo digno de un artista de primera línea (me recordó a Kurt Kobain y su desesperación por haberse convertido en un producto comercial, comprometido hasta la muerte con su concepto -hasta la muerte- de arte).

También, hay una ironía constante en toda la película. Ironía porque a cada uno de los participantes del montaje de una película le toca ser protagonista de esa película, les toca "su parte". Se ven reflejados y satirizados en ella; se identifican como personas y como artistas y se siente un profundo sentido irónico que a todos los hiere pero los hace verse en el espejo. Hay además, como el mismo director lo dijo una "metarrealidad" constante en toda la película, pues que es una película hecha de actores y demás personas que trata de ellos mismos. Un soplo de realidad en la ficción, al estilo cervantino (recuérdese cuando piensan en un actor de reemplazo y mencionan nombre reales de actores, incluyendo a Jeremy Renner).

Eso en lo que a la idea y al guión se refiere. En lo que a la grabación de la película respecta, también repetiré lo ya escuchado, aunque sea para hacerlo notar. Primero, está el asunto de los actores: tenían que estar en un set cinematográfico, que a su vez era un teatro real, haciendo un papel de ellos mismos; eran actores actuando como actores. Ahí está la metarrealidad: había una delgada línea a veces imperceptible o confusa, entre la realidad y la ficción, entre ser ellos mismos y ser otros. Decían ellos que era de lo más exigente que habían hecho en su trabajo. Para hacer aún más notable esta "realidad", está el trabajo del apodado "Chivo". Él fue el encargado de decidir los enfoques, la iluminación, los movimientos, los encuadres, y todo lo que tiene que ver con las cámaras, de manera que su forma de transportarnos a través del espacio, nos hace figurarnos que estamos ahí en ese momento, viendo todo de cerca, manteniéndonos siempre atentos a cada uno de los detalles, con un enfoque finamente inquisitivo. Y por si fuera poco, las tomas eran larguísimas, de tal modo que todo tenía que salir perfecto, en una sola. Por último, la música: la idea de Alejandro fue genial e innovadora.

¿Qué más podemos decir? Todo lo anterior me hizo pensar que esta película, por todas sus características, posiblemente se coloca como una de las mejor pensadas y elaboradas del año o de los últimos años. Y lo mejor de todo, es que es fruto del genio de dos mexicanos.

6 comentarios:

  1. Dato curioso: Dentro de esta misma atmósfera irónica, Michael Keaton presonificó a Batman en "Batman" (1989) y "Batman returns" (1992). En doble proporción, le tocó hacer el papel de él mismo.

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  2. Todo lo que comentas en la entrada ayuda a darle sus verdaderas dimensiones al filme. Concuerdo con casi todo. Me llama la atención lo de la música, sí fue un aspecto muy notorio desde el principio. Desde el punto de vista artístico, la película no decepciona, de hecho creo que está más allá del carácter recreativo del cine. Ayer me vino el pensamiento de que llegará el momento en que el cine estará tan evolucionado como la pintura y se tornará esencialmente abstracto. ¿Qué me dices del final y cuestiones similares como el meteoro, las medusas, las imágenes delirantes como la banda instrumental que aparentemente no guarda relación con el momento? Vaya, sí que es ir más allá.

    Creo que dentro de poco, el cine va a quedar dividido en dos sectores, los que hacen auténtico arte y los que entretienen a la audiencia, yo creo que Birdman es de las que ya no tienen ningún compromiso con la audiencia colectiva.

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  3. A lo que me refiero es que las películas más grandes de todos los tiempos tenían esa ambivalencia, creo que eso terminó. Las más grandes ahora serán auténticos lienzos.

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  4. De lo del meteoro, el volar, y todo eso, según nosotros es parte de su delirio mental, aunque no está muy claro si es una esquizofrenia o a su imaginación únicamente.

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  5. Del final, yo pensé que estaba colgado en alguna parte pero dijo Paty que eso también fue parte de su imaginación. Y ya analizando, pensamos que efectivamente sí se aventó desde ahí y lo que vemos solo es cómo el disfrutaba imaginando que su hija lo veía volar majestuoso y triunfante, pues que se sentía un mal padre y anhelaba más que nada salir de su mala situación.

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  6. Y sí, tal vez llegue el día en que las películas se dividirán como dices, y en que una película vanguardista ya no será una simple narración, como sucede con la novela y la poesía.

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